Un campesino muy pobre soñó durante tres noches seguidas que debajo de una roca, cerca de su casa, estaba enterrado un tesoro. En aquel sueño él veía cómo salía de casa y se dirigía al bosque. Cerca del río se encontraba una una roca, allí había jugado de pequeño cuando iba al río a pescar con sus amigos. Debajo de aquella piedra llena de recuerdos era precisamente donde él encontraba su maravilloso tesoro.
Después de pensar mucho en ello se dijo: "Dicen que los sueños, a veces, son premonitorios. Por probar no pasa nada. Además, si el tesoro está debajo de la piedra, me convertiré en un hombre rico y podré por fin dar una vida feliz a mi mujer y mis hijos, que tienen que sufrir la amargura y el desconsuelo de la pobreza".
No dijo nada a nadie, ni siquiera a su mujer. Y al día siguiente, cuando la noche caía, cogió un pico y una pala y se dirigió al lugar que había visto en sus sueños. Levantó la piedra y comenzó a cavar.
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